El resultado del referéndum popular por el cual el Reino Unido decide abandonar la Unión Europea está siendo uno de los centros de atención y de la política y economía mundial. Se llevaba meses hablando de las causas que habían llevado a esta situación y las posibles consecuencias. Después de que los expertos hayan teorizado al respecto, ahora nos enfrentamos a la realidad y se ha iniciado el proceso de desconexión británica de la UE.

A decir verdad, se tratará de un proceso largo y se habla de que la separación podría no ser efectiva en la práctica hasta dentro de un par de años. Sin embargo, eso no quita para que ya hayan saltado las alarmas. Parece que ha habido una premisa desde los medios de comunicación con el objetivo de evitar un efecto dominó en otros países, que alentados por el Reino Unido podrían optar por un proceso similar.

Este es un tema que, aunque parezca mentira, toca muy de cerca a España. Para empezar, desde un punto de vista político el Gobierno quiere contener los movimientos a favor de la salida de la UE para contrarrestar las iniciativas independentistas de Catalunya y Euskadi. El PP es uno de los garantes de la unidad de España y Europa, de manera que no quiere que este acontecimiento dé alas a los nacionalistas. Por otro lado, desde una perspectiva económica, el Reino Unido es un socio muy importante y miles de ciudadanos británicos viajan a España para disfrutar del sol y de nuestras playas, con el consiguiente gasto de dinero que hacen en nuestras fronteras.

Pero un grupo que se podría ver realmente afectado por el Brexit es el de los españoles que residen en Reino Unido. Cuando se certifique la salida de la UE, habrá que ver si decide adherirse al Espacio Económico Europeo, como ya hicieran otros países no miembros de la Unión Europea (Noruega, Islandia y Liechtenstein). En ese caso, no habría problemas en mantener la libre circulación y no requerirían autorizaciones especiales de trabajo y residencia. También cabe la posibilidad de que el Reino Unido llegue a acuerdos bilaterales con los diferentes países para que la inmigración controlada y cualificada no se vea especialmente afectada.

Sí que es cierto que el país podría llegar a acuerdos con diferentes países como tiene España con Estados Unidos o Australia, por los cuales es necesario tener un visado para residir y trabajar allí de manera legal. Esto tendría efecto tanto para los nuevos expatriados como para los que ya se encuentran allí.

De todos modos, antes de escandalizar a la población lo más indicado sería esperar a que pase este vendaval político y comencemos a conocer más sobre las verdaderas consecuencias del Brexit. Los allí residentes deben esperar y ser pacientes a las espera de novedades.