¿Nuevo referéndum en Escocia?

El gobierno escocés ha publicado un dossier en el que explica cómo querría que fuera el país después del Brexit. El documento lleva por nombre ‘El lugar de Escocia en Europa‘ y propone mantenerse dentro del espacio económico europeo.

Para conseguirlo dibuja tres vías. La primera es el mantenimiento del actual Reino Unido dentro del Espacio Económico Europeo y el establecimiento de un acuerdo aduanero entre el Reino Unido y la Unión Europea. El gobierno escocés argumenta que el resultado del referéndum exige salir de la Unión Europea, pero que hay fórmulas para mantenerse dentro del espacio económico o aduanero europeo, como las que tienen Noruega y Suiza. Concretamente, se propone el regreso del Reino Unido a la EFTA.

La segunda posibilidad es que el Reino Unido quede fuera del Espacio Económico Europeo, pero que permita a Escocia mantenerse, con un convenio propio. El gobierno escocés explica que ya hay casos (como Groenlandia) de estados en que una parte está dentro de la Unión Europea y la otra no.

Pero el texto dice que ‘la mejor opción para el pueblo escocés’ es convertirse en un estado independiente, miembro de la Unión Europea. Por esta razón, Escocia convocaría un segundo referéndum de independencia, en caso de que el Brexit impidiera cualquier forma de colaboración con el Espacio Económico Europeo, ya que las condiciones geopolíticas no son las mismas que cuando se celebró el primer referéndum, allá por septiembre de 2014.

El Reino Unido decidió abandonar la Unión Europea. El ‘sí’ en la consulta supone que, ahora, el país tiene que fijar los términos y las condiciones de su salida con la UE en un plazo de dos años. Hasta entonces, el país tiene que seguir los dictámenes europeos y no podrá formar parte de las negociaciones que se lleven a cabo en la Unión Europea. ¿Pero cuáles son las consecuencias?

1. Evidencia de la debilidad del proyecto europeo

El Reino Unido es el cuarto contribuyente de la UE. Su aportación en el 2015 fue de 12.900 millones de libras, lo que equivale a casi 17 mil millones de euros. El ‘sí’ del Reino Unido a la salida de la UE deja entrever la debilidad del proyecto europeo. Además, se suma a la mala situación económica y a la actual crisis de los refugiados.

2. El contagio político

El miedo más grande es el más que posible “contagio político” que puede comportar el ‘Brexit’. La salida del Reino Unido del proyecto europeo comporta una repercusión política en el resto de los países que forman parte y es un motivo de preocupación en los mercados. Evidentemente, en Escocia no solo se plantean cuestiones identitarias, sino también económicas.

Las firmas de análisis aseguran que, a partir de ahora, el efecto contagio para abandonar la Unión Europea puede ser imparable. En países como República Checa y Dinamarca se tiene miedo de un aumento de los euroescépticos, además que en Escocia y en Cataluña se pueden ver como los movimientos independentistas cogen fuerza, puesto que son procesos que ya se encuentran en marcha. Todo esto haría peligrar la supervivencia de la Unión Europea como la conocemos hoy en día.

3. Adiós a un miembro liberal

Lo Reino Unido ha sido, hasta ahora, uno de los miembros más liberales en políticas económicas de la UE. La victoria del ‘Brexit’ supone un adiós, lo que provocará la aprobación de políticas económicas menos liberales.

4. Depreciación de la libra

El multimillonario inversor George Soros ya aseguró que la libra esterlina podría desplomarse hasta más del 20% frente al dólar. Eso sería una “catástrofe” peor que el “miércoles negro” del 1992, cuando la libra se devaluó el 15%.

Soros no es el único que señala la depreciación de la libra. La libra ya sufre una caída del 7% frente al euro y su devaluación comportaría inestabilidad financiera.

5. Gran impacto económico para el Reino Unido

La depreciación de la libra provocaría “serías consecuencias” para las finanzas y los trabajos en el Reino Unido. Además, si se tardan dos años en negociar, habrá un periodo de incertidumbre que tendría costes reales para las empresas y los ciudadanos. No se sabrán los plazos legales que regirán el país, por lo tanto, las inversiones ofrecen menos garantías, a priori. El Reino Unido tendría que rediseñar todo su entramado comercial, lo que comportaría también una pérdida de influencia de la City londinense. La gestora BlackRock calcula que la City podría perder más de 100 mil trabajos, puesto que muchas empresas se trasladarían, previsiblemente, a otras ciudades de la Eurozona.