Estos días se está hablando mucho de los cambios que supondrá el hecho de pedir la nacionalidad española. La principal novedad es el hecho de pagar una tasa que ronda los 300 euros, cosa que para muchas de estas personas se trata de una cantidad bastante elevada y que supone un movimiento de bolsillo bastante elevado. Aún así, lo más hablado son los exámenes para conseguir la nacionalidad, que han cambiado un poco.

¿Cómo obtener la nacionalidad española?

La Ley aprobada en el Congreso de los Diputados (11 de junio de 2015) indica que se deberán pasar dos pruebas: una de idioma u otra de cultura general, llamada “Prueba de conocimientos constitucionales y socioculturales de España, CCSE”.

Ambas son gestionadas por el Instituto Cervantes, cosa que es diferente a lo que se venía haciendo hasta a día de hoy.

Esta prueba, una vez superada, nos certifica que tenemos conocimiento suficiente sobre la Constitución Española y también del contexto social y cultural del país.

Si miráis cualquier ejemplo de test (hay muchos en Internet) podréis ver que las preguntas tocan varios ámbitos, desde política y división territorial hasta compositores musicales, programas de televisión o arte.

Que se encargue una sola institución de hacer el examen es una garantía de igualdad de oportunidades y coherencia, ya que anteriormente podían variar bastante las preguntas según estuviéramos en un sitio u otro, cosa nada favorable.

La prueba consta de 25 preguntas divididas en cinco aéreas temáticas: Gobierno, ley y participación ciudadana, cultura, historia y sociedad española.

Para cada pregunta se ofrecen tres respuestas de las cuales solo una de ellas es válida, y el tiempo máximo para la realización de la prueba será de 45 minutos.

Una vez realizado el examen se expedirá un certificado que será válido durante los próximos cuatro años.

Durante este tiempo, la persona interesada deberá pedir la nacionalidad española, ya que si pasan los cuatro años y no se ha hecho, se tendrá que volver a empezar el proceso y por tanto a tener que volver a realizar el examen.

¿Qué pasa si suspendemos?

Cuando nos inscribimos para hacer el examen, debemos pagar una cuota de inscripción de 85 euros. Si suspendemos no hace falta que volvamos a pagar: podremos utilizar la misma inscripción para dos veces más.

Eso sí: entre el primer y el segundo examen no tiene que haber más de dieciocho meses de diferencia. En caso de suspender tres veces, entonces sí que tendremos que volver a pagar.

Se trata de un sistema muy similar al de la obtención del carnet de conducir.

También es importante destacar que no hay límite de veces que te puedes presentar al examen: mientras pagues la tasa, podrás hacerlo cuantas veces desees y hasta que apruebes.

Otras cosas que podemos encontrarnos:

 

 

 

Aunque no sea necesario realizar cursos específicos para la realización de dicho examen, se recomienda que se mire el material de apoyo que está colgado en la web del Instituto Cervantes.

Allí podemos encontrar una guía, un modelo de ejemplo, un manual y un glosario plurilingüe.