Una traducción jurada es aquella que certifica que un documento está traducido de forma oficial y que por tanto es válido para ser usado en otro país. Normalmente estas traducciones se hacen para demostrar que se tienen ciertos títulos académicos, contratos, documentación administrativa, etc. Estas traducciones las elaboran personas que están oficialmente validadas para ejercer dicho trabajo (traductores jurados), por lo que no sirve que un conocido te haga una traducción. Deberá ser siempre una traducción oficial, con el sello correspondiente y la firma de la persona que la ha hecho.
Traducción jurada de calidad
Destacamos la importancia de que la traducción sea buena porque una vez tenemos el documento, será tan válido como el original. Es por eso que queremos alertar de algunas malas prácticas que se desarrollan alrededor de este oficio.
- Como en todas las profesiones, existen agencias o empresas que ofrecen “duros a cuatro pesetas”, es decir: ofrecen servicios al precio más bajo de lo que es habitual. ¿Nunca te harías un implante dental si te dijeran que solo cuesta veinte euros, no? Con esto pasa un poco lo mismo: contratar a un traductor oficial tiene su coste, ya que se deben invertir unas horas determinadas y realizar los trámites correspondientes que van vinculados. Cuando se busca solamente buen precio, a veces la calidad se pierde y os podéis encontrar con que falta algún papel, o hay algún trámite que se supone que ya estaba incluido y luego vemos que no.
- No se trata solamente de saber un idioma. Las personas que se dedican a esto tienen conocimientos también de economía o derecho (y más especializado según el ámbito en que se ejerza), ya que no se trata de traducciones normales sino que implican un vocabulario técnico que es de vital importancia que se trasmita bien. Un pequeño error puede significar la denegación de un título o incluso de la entrada en el país.
Metodología a seguir
La realización de una traducción jurada puede hacerse de varias formas, ya que a día de hoy nuestra legislación no lo regula completamente sino que apunta solo algunos aspectos que refrieren, mayormente, a cuestiones de forma. Esto, que podría ser un gran problema, no lo es tanto porque a nivel internacional hay códigos de buenas prácticas que han ido sirviendo para homogenizar al máximo la manera de hacerlo.
Estos son los criterios específicos establecidos:
- La traducción se hace de un idioma: si en el texto aparecen párrafos o expresiones en una tercera lengua, éstas se dejaran sin traducir. La razón principal es que el traductor suele estar solamente habilitado para traducir un idioma, por lo que si se extralimita en sus funciones puede ser perjudicial para el cliente.
- También se transcribirán tal cual todos aquellos nombres propios que aparezcan en el documento, incluyendo nombres de personas, ciudades o direcciones postales.
- En lo que refiere a las instituciones que aparezcan en el texto, éstas se traducirán de forma literal intentado ser lo más precisos posible. Es importante que queden ben diferenciadas con las instituciones del país destino, para que no haya ninguna confusión.
- Se tendrán que adaptar elementos como: abreviaturas, cifras, horas, fechas, expresiones escritas, etc. Si aparecen expresiones escritas en caracteres no latinos que se deban transcribir con alfabeto latino, se tendrá que añadir una pequeña nota sobre el sistema de transliteración usado o la transcripción fonética que se ha utilizado.
- Por último, si el traductor jurado se encuentra con que el texto original tiene algún error o defecto, esto se tendrá que indicar en el momento de hacer la traducción. Estos errores son, por ejemplo, las partes que no se pueden leer bien por causas como la mala calidad del papel o de la impresión o bien las firmas de las personas implicadas)
Todos estos elementos comentados nos pueden dar una idea de cómo es de importante que dichas traducciones sean elaboradas por personas cualificadas y con certificado visible, ya que no son traducciones sencillas y a nadie le conviene que se hagan mal. Confía siempre en buenos profesionales: quizá te salgan un poco más caros al principio, pero sin duda a la larga son mucho mejores y siempre sabrás a quien recurrir en caso de un problema posterior.