Consecuencias del Brexit para británicos residentes en España
La confirmación de la salida del Reino Unido de la Unión Europa a raíz del referéndum popular ha supuesto un torbellino de reacciones por todo el mundo. No cabe duda de que esta decisión afecta a muchas personas de diferentes lugares, y en España tenemos casi 300 mil británicos residiendo en nuestras fronteras. Estos se acogen al derecho de libre circulación inherente a la Unión Europea, pero la salida del Reino Unido supone que de buenas a primeras no cuenten con los mismos derechos que hasta ahora.
A priori no parece que estos ciudadanos vayan a quedarse sin papeles. Obviamente, su régimen jurídico va a cambiar, pero aún está por ver cuáles son los acuerdos a los que acceden el Reino Unido y la Unión Europea. Se está poniendo como ejemplo a algunos países que no forman parte de la UE pero que cuentan con la posibilidad de permitir que sus ciudadanos vivan y trabajen en España como si fueran comunitarios. Se trata de Noruega, Liechtenstein, Islandia y Suiza. A excepción del último, forman parte del llamado Espacio Económico Europeo, una institución que permite que los países adheridos a la Asociación Europea de Libre Comercio puedan formar parte del mercado interior de la Unión Europea, sin necesidad de adherirse a ella. Esto permite la libre circulación de personas, algo que no casa exactamente con lo planteado en la campaña de los que querían la independencia de la UE, puesto que no podrían limitar la inmigración en el Reino Unido.
Todavía es pronto para sacar conclusiones definitivas, pero tampoco parece que sea la maniobra más provechosa para el país. El Reino Unido va a seguir necesitando mano de obra procedente de países europeos para seguir desarrollando una economía tan potente como la suya, pero que vive tiempo de incertidumbre ante todo lo que se viene encima. La aceptación de la libre circulación de personas en sus fronteras repercutiría positivamente en sus ciudadanos que viven fuera del país. Aquellos británicos que lleven al menos cinco años viviendo en España podrían solicitar una Tarjeta de Larga Duración, en lugar del Certificado de Registro de Ciudadano de la Unión Europea que tienen ahora. A fin de cuentas, el cambio de estatus podría no afectar de ninguna manera a efectos prácticos, siempre y cuando las negociaciones vayan a buen puerto. Los británicos con menos de cinco años en nuestras fronteras deberían solicitar una autorización de residencia temporal.
Esto nos recuerda a los acuerdos que tiene España en términos de visados con países de otros continentes. Se puede residir en Estados Unidos, Canadá o China, pero las medidas de control, especialmente relacionadas con los contratos laborales, son más estrictas, y en caso de no tener un trabajo, se termina la vigencia del visado y el ciudadano extranjero debe volver a su país. Esto reduciría la movilidad geográfica, y al Gobierno español también le interesa seguir recibiendo ciudadanos británicos, ya sea de manera esporádica para hacer turismo o como lugar para establecer su residencia. Especialmente la costa mediterránea acoge una gran cantidad de personas con un poder adquisitivo alto que deja mucho dinero en las arcas del estado.
La opinión generalizada de los británicos residentes en España es que esta decisión les puede perjudicar y, al igual que ha sucedido en Gibraltar, ha habido bastante rechazo al resultado. Sin embargo, aún es pronto para asegurar si la salida de la UE implica consecuencias negativas para ellos, y habrá que esperar a los acuerdos legales y económicos.